martes, 27 de septiembre de 2016

El largo recorrido de las actividades didácticas basadas en la realidad

En el curso 2011-2012 utilicé por primera vez el blog de aula con dos grupos de 2º de ESO. Uno de estos blogs, Vlengua, acabó transformándose en Chlengua y tiene una nueva vida como blog de aula del Departamento de Lengua Castellana y Literatura del IES Chaves Nogales, donde ahora enseño. El diario de 2º A, sin embargo, a pesar de no publicar ninguna entrada nueva desde mayo de 2012, sigue aún muy vivo en la red. Os cuento cómo.

Mi idea al crear ambos blogs fue, principalmente, dar difusión a los trabajos escolares de mi alumnado. Pensaba que, de esta forma, el nivel de autoexigencia sería mayor, pues los textos publicados iban a ser conocidos de toda persona que se topara con ellos en la red (los primeros, los compañeros y compañeras y las propias familias). Por otro lado, los ejercicios realizados correctamente podrían servir de modelo para aquellos estudiantes que dudaban a la hora de realizar la tarea. También era importante vincular en el trabajo diario de la clase de Lengua y Literatura la competencia comunicativa con la competencia digital, estrechamente ligadas en los tiempos actuales.

Cada propuesta de actividad o proyecto se colgaba en el blog y, posteriormente, se subían los resultados del aprendizaje en forma de vídeos con exposiciones orales o poesías recitadas, textos narrativos y expositivos, presentaciones de diapositivas, etc.

Una de las actividades que realizamos ese curso fue escribir textos prescriptivos. Cuando tratamos esta tipología textual, a los profesores de literatura siempre se nos viene a la cabeza la lectura de las Instrucciones para subir una escalera, de Julio Cortázar, aunque más allá del disfrute literario poco suele servir para entender la composición de los textos prescriptivos. Huyendo también de las manidas recetas de cocina, les propuse elaborar instrucciones o normas para realizar tareas cotidianas. Así surgieron los textos sobre cómo hacer la mochila, una tostada o un bocadillo de chorizo, cómo registrarse para jugar en League of Legends o cómo usar el tippex.

Ángela, una de las alumnas del grupo, decidió escribir sobre algo más cercano a sus propios intereses: ¿cómo conseguir convencer a sus padres para que le levantaran un castigo y le permitieran salir con los amigos? Así nació su entrada Instrucciones para que mi madre me deje salir. Desde un principio, la entrada fue muy bien acogida por sus compañeros y compañeras; se discutió, no obstante, si la estrategia propuesta era la más adecuada o si eran preferibles otro tipo de acercamientos. Llegaron después algunos comentarios a la entrada por parte de personas desconocidas, que nos sorprendieron, y los leímos y comentamos en clase.

Sin embargo, con los años, el recorrido de la entrada no se ha frenado sino que, sorprendentemente, continúa en movimiento. Ángela empieza este curso a estudiar una carrera y desconoce hasta quiénes y hasta dónde ha llegado su “tarea escolar”. Los números de la entrada son espectaculares: aparece en cuarta posición en Google a la búsqueda “que mi madre me deje salir”, tiene casi 30.000 visitas (de las 40.000 que tiene el blog completo) y ¡78 comentarios! Para hacernos una idea, los que escribimos blogs sabemos que una entrada con mil visitas y diez comentarios puede considerarse un éxito enorme, así que estos datos son claramente excepcionales.

¿Cómo podemos explicar este éxito? Una lectura de los comentarios a la entrada puede darnos algunas pistas. En ellos, jóvenes de entre 11 y 20 años han dejado sus felicitaciones a la autora, sus miedos a estar solos o a quedarse sin amigos, la fiscalización de las relaciones de pareja por parte de los padres, los enfrentamientos con sus progenitores, los trucos que emplean para convencerlos, etc. La entrada ha funcionado (y sigue funcionando) como catalizador de emociones, como pararrayos contra las tensiones que nacen dentro de las relaciones paternofiliales. Se ha convertido en una suerte de consultorio al que han acudido jóvenes de todo el mundo hispanohablante (sería muy interesante hacer un estudio geográfico del léxico empleado en los comentarios) y de muy diferentes edades. A veces las intervenciones han generado conversaciones entre distintos usuarios; otras han narrado detalladamente las dificultades que encuentran en casa; las más se tratan de breves comentarios de asentimiento o de negación hacia lo que propone la entrada.

Con este ejemplo quiero insistir, en primer lugar, en la necesidad de seguir vinculando las actividades académicas, siempre que sea posible, a situaciones reales. Si bien esto es evidente en las secuencias de Aprendizaje Basado en Proyectos o de Aprendizaje Servicio, en otro tipo de propuestas se hace más difícil evitar los vicios heredados de nuestro propio aprendizaje o del uso de los libros de texto. En segundo lugar, debemos facilitar la difusión de los trabajos escolares a través de herramientas digitales y de redes sociales, capaces de aportar nuevas dimensiones al aprendizaje de nuestro alumnado y de crear conversaciones en torno a estos trabajos con personas de fuera del aula.


Que una actividad a priori tan inocua como la que cuento haya alcanzado esta resonancia es algo que debe seguir motivándonos para obtener el máximo de los aprendizajes de nuestros alumnos y alumnas.