martes, 21 de octubre de 2014

¿Nivel de competencia curricular bajo? ¿Qué significa? ¿Es cierto?

Esta pasada semana se cumplieron 15 años de mi inicio en la aventura docente con mis alumn@s, esos que son etiquetados como menores infractores, menores en conflicto social,  menores privados de libertad, o simplemente  ..."delincuentes". Pero que queréis que os diga yo soy maestra y simplemente veo ALUMN@S...



Durante estos quince años he revisado miles de informes psicopedagógicos / de diagnóstico / valorativos y prácticamente la totalidad de ellos me presentaban unos alumnos con un nivel de competencia curricular desfasado, con retraso significativo en su desarrollo, con pocas competencias escolares, con un nivel curricular por debajo de su edad... pero mi pregunta es...¿Eran mis alumnos los desastrados? ¿O eran las pruebas que les  pasaban las que realmente estaban obsoletas y no podían detectar realmente las competencias de mis chicos y chicas?



Estos interrogantes, a los cuales muy pronto tuve respuesta pero poca gente la compartía conmigo, han sido una de las piedras de mi zapato en estos quince años. Siempre he tenido claro que la mayoría, por no decir la totalidad, del alumnado con el que he trabajo tenía buena competencia, un gran potencial  en incluso muchas habilidades óptimamente desarrolladas... PERO... Las pruebas que se pasaban en las escuelas no podían detectar ese gran potencial y simplemente servían para colocarles una nueva etiqueta peyorativa que no hacía mas que potenciar su negatividad, su auto imagen destructiva y con lo cual promover  un mal uso o abuso de estas capacidades que sí tenían y que no habían sido bien valoradas. 

Por fin el curso pasado encontramos una pruebas que nos ayudaron a ello. Cierto que por si solas no nos daban toda la información que era significativa para nosotros pero junto a la información que sacamos de las rúbricas de auto evaluación / co evaluación de los distintos productos finales que se van desarrollando  pudimos descubrir  las grandes cualidades que tenían.

En el Departamento de Enseñanza de la Generalitat de Catalunya encontramos  unas pruebas   que hablaban de COMPETENCIAS y no asignaturas y que además tenían  un propio proceso de gestión y evaluación. Estas fueron nuestro punto de partida.

Tras un proceso de adaptación / contextulización y enriquecimiento (adjuntando los resultados de rúbricas como anteriormente hemos comentado) y de información que extraemos de las diferentes tareas grupales que vamos desarrollando  conseguimos unos pruebas que nos ayudaran a conocer a nuestros alumnos y a confirmar algo que ya sabíamos ...QUE SON CHICOS Y CHICAS CON GRAN POTENCIAL

¿QUÉ  HEMOS  TENIDO  EN CUENTA?

1. La puntuación que han sacado de las pruebas anteriormente citadas (se enlaza el link), teniendo que cuneta posibles adaptaciones de acceso por ejemplo que no sea competentes en la lengua vehicular, que alguna de las competencias pueda interferir los resultados (comprensión lectora limitada, vocabulario pobre, "óxido"  producido por absentismo prolongado, .. En esto casos se ha dado el apoyo  necesario para evaluar competencias diferentes ala citadas: matemática, de iniciativa personal, de crítica, de resolución de problemas, conexión con el medio natural i/o social,....

En este enlace podemos encontrar diferentes pruebas de diagnostico

(http://www20.gencat.cat/portal/site/ensenyament/menuitem.2a476b330bb21681c65d3082b0c0e1a0/?vgnextoid=968d5d78d699f310VgnVCM2000009b0c1e0aRCRD&vgnextchannel=968d5d78d699f310VgnVCM2000009b0c1e0aRCRD&vgnextfmt=default#Blocddc905ef02dcf310VgnVCM1000008d0c1e0a____)

Aquí os dejamos uno de los dossieres que hemos utilizado (2º ESO)




que, tal y como os hemos avanzado,  nosotros hemos complementado con ítems  de lengua extrajera, y de medio natural y social, para tratar de poder hacer una evaluación global.

2. Resultados de las rubricas trabajadas. De cada producto final / tarea a desarrollar se elabora una rubrica que cada alumno usa como auto evaluación y co evaluación (se adjuntan  un doc con diferentes ejemplos)



3. Valoración de diferentes ítems registrados en hoja de control en situación de dinámica de grupo: cooperación, colaboración, capacidad de dar apoyos,  flexibilidad, empatía, tolerancia, capacidad adaptativa, autonomía,.(la mayoría de estos ítems son subcompetencias i/o descriptores de las las  CCBB marcadas por curriculum. Añadir que estos ítems en  poca pruebas se tienen en cuenta o se   evalúan pero que define lo mucho o poco competente que es un alumno.

La suma de todo y la valoración hecho en equipo, de todos los docentes vinculados dan pie a resultados muy interesantes.

Llevamos unos meses trabajando con ellas y esperamos a final de curso poder emitir un informe con los resultados de este primer curso. A día de hoy alumnos que venían con informes de retraso curricular o nivel de competencia desfasado han demostrado entre un 70 % un 80% de resultados óptimos en competencias básicas de matemáticas, comunicación y medio social y natural. Y sólo acabamos de empezar... tengo tantas cosas por decir y gritar, pero tengo que ser cauta y esperar....

ALGUNAS IMÁGENES







Y ahora os pregunto...¿quién está desfasado el nivel de mis alumnos y las evaluaciones de las escuelas?


Seguimos en contacto!!!!

lunes, 20 de octubre de 2014

Entre relaciones profesionales y personales

Hoy quisiera dejar a un lado las metodologías, las experiencias de trabajo en el aula, las aplicaciones educativas y cualquier otro aspecto relacionado con el alumnado. Hoy quiero escribir sobre las relaciones en el trabajo. 
Cuando llevas muchos años en un centro estableces unas relaciones con los compañeros y compañeras. Relaciones que son, la mayoría de las veces, exclusivamente profesionales. Bien porque no hay tiempo, bien porque no queremos, las relaciones personales no pasan de ser "cordiales" y se limitan a un par de comidas o cenas al cabo del curso. 
En una de esas comidas, la de final del curso 13/14 de mi cole, alguien planteó la posibilidad de hacer un viaje o alguna actividad "no formativa" simplemente actividad de ocio. Con todo el verano por delante se preparó una propuesta de viaje y se presentó al claustro la posibilidad de irnos a pasar un fin de semana a Cuenca. 

En mi centro, el claustro está formado por 36 personas de las cuales un 80 % tiene la plaza definitiva. Era lógico que las personas nuevas no se apuntaran a una actividad de la que ni siquiera las organizadoras estaban seguras de su llegada a término. Pero sí. El tres de octubre nos recogía un microbús y 20 personas nos disponíamos a pasar un fin de semana diferente.
Y diferente fue porque viajábamos juntas personas cuyo tema de conversación siempre era educativo y allí esos temas quedaron en la mochila de diario. Diferente porque supimos funcionar como grupo respetando las peculiaridades individuales. Diferente porque aunque no estaba en el guión, lo emocional estuvo presente durante esos días y ha creado un vínculo invisible entre las personas que allí estuvimos. Alguna compañera así lo ha asegurado. 
Puede que parezca un asunto banal pero creo que en los últimos tiempos el profesorado se encuentra agobiado con tanto cambio curricular, amplias ratios, aumento de la burocracia... En fin, el tiempo/espacio que dedicamos a la parte emocional va menguando y soy de la opinión que debemos hacer algo para mantener la cuota de mimos, abrazos y aplausos entre personas que trabajan ciento setenta y muchos días del año juntas. Porque si no nos mimamos entre nosotras/os, tampoco lo va a hacer la gente de fuera. 

martes, 14 de octubre de 2014

Cambio metodológico y formación del profesorado (II)

En la entrada anterior de esta serie quedamos a las puertas de conocer las reflexiones sobre la innovación educativa del alumnado del MAES en la especialidad de Formación y Orientación Laboral. Abordémoslo ahora.

Un grupo de alumnos es siempre variopinto. En este caso, al tratarse de personas adultas que han optado por formarse como futuros profesores (pero que proceden generalmente de titulaciones poco relacionadas con el mundo educativo), acuden con una opinión ya formada sobre lo debe ser la educación en entornos formales. Hay quien desde un principio considera que no es necesario innovar en la práctica docente, que tiene claro que la educación, tal y como se concibe tradicionalmente, funciona bastante bien. Piensa que un profesor es alguien que explica unos conceptos a unos alumnos que toman nota y que luego reproducen esas explicaciones en un examen. Tanto mejor es el profesor cuanto más sea capaz de transmitir esos conocimientos que posee. Si le fue bien cuando ejerció de alumno, ¿para qué cambiarlo?

La mayoría, sin embargo, considera que algún cambio es necesario, que determinadas novedades pueden amenizar las clase e incidir en la mejora de la motivación (sin llegar a plantearse en serio la mejora del aprendizaje). En este sentido, las propuestas de aprendizaje basado en proyectos son atractivas y pueden ser asumidas por los aspirantes; sin embargo, resulta muy difícil llevarlas a cabo durante el periodo de prácticas, pues chocan en muchos casos con la rigidez de las programaciones didácticas, el desconocimiento de los profesores y el rechazo del alumnado hacia el profesor novato. Además, supone un trabajo extra por parte del profesorado, que encuentra mucho más fácil el recurso al libro de texto.

El uso de las redes sociales crea también una suerte de intranquilidad en el profesorado en formación. Siendo, como son, usuarios de varias de estas redes, se muestran sin embargo incapaces de deslindar el uso personal del profesional y temen ver invadida su intimidad si permiten a su alumnado conectarse con ellos. No parecen, por tanto, proclives a utilizar Facebook en educación, pero valoran positivamente Google + o Pinterest (que desconocían) y, por tratarse de profesores de Formación y Orientación Laboral, recomiendan el uso de Twitter o LinkedIn para la búsqueda activa de empleo.

También aceptan la introducción del vídeo en sus clases, aunque casi siempre desde un uso ilustrativo y redundante de las explicaciones del profesor. Se busca la relajación en el aula y la motivación del alumnado, que participará más como receptor pasivo que como productor de textos audiovisuales. Como muestra, una de las alumnas confiesa que empleará vídeos en el aula con las siguientes intenciones:
  • Poner ejemplos ilustrativos de las explicaciones teóricas
  • Reforzar las explicaciones teóricas (porque recordamos mejor lo que vemos que lo que oímos)
  • Amenizar las sesiones (combinar las explicaciones teóricas con un instrumento que capte la atención del alumnado y que sea motivador)
  • Cambiar el ritmo de la clase
  • Generar una actividad o debate (para fomentar la participación del alumnado en clase y ¡evitar las clases magistrales!)

Entono el mea culpa al reconocer que, salvo excepciones, no conseguí implantarles el gusanillo de la innovación educativa. Casi todas las propuestas que hicieron en las diversas tareas programadas dan una visión de la innovación como “postre” y no como “plato principal”: ilustran, completan, aclaran, redundan, apoyan, subrayan, reafirman las explicaciones del profesor, verdadera piedra filosofal de un proceso entendido más como enseñanza que como aprendizaje. Los alumnos buscan en el MAES que les ayudemos a ser profesores (en la acepción más clásica del término), no que les dotemos de estrategias y recursos para activar el aprendizaje del alumnado. Llegan con una idea preconcebida de lo que debe ser un profesor y sólo se consigue rectificarla mínimamente durante el MAES.

Pero también hubo mentes arriesgadas que diseñaron auténticos proyectos ABP. Sin embargo, a la hora de llevarlos al aula, o bien no fueron permitidos por los tutores de prácticas (en virtud de una programación didáctica que no los contemplaba), o bien fracasaron, por distintos motivos: falta de apoyo del tutor de prácticas, indefinición de los objetivos que se persiguen y de la mejora del aprendizaje mediante ABP, rechazo del alumnado adulto ante el incremento de trabajo que supone el proyecto, falta de autoridad concedida al profesor en prácticas, etc. Los proyectos tuvieron que enmendarse durante su realización y el resultado final no satisfizo a nadie, ni al tutor, ni al alumnado, ni al futuro profesor.

De todo esto se desprende que la figura del profesor de prácticas es crucial en el proceso de formación del futuro profesor. De ello hablaremos en la siguiente (y última) entrada de esta serie.


Crédito de la imagen



martes, 7 de octubre de 2014

LUZ EN SUS VOCES

Estamos empezando un nuevo curso en 4 º de Diversificación. Nuevo alumnado, nueva clase, nuevos intereses. Mismo currículo, iguales temores.

Nos encontramos en estos momentos diseñando lo que será el proyecto con el que trabajaremos desde septiembre de 2014 hasta junio de 2015: Café El gato escarlata. Ya tenemos concretados algunos contenidos, cómo trabajarlos y cómo vamos a evaluarlos. Otros los iremos materializando a lo largo del trayecto que ahora empezamos.

Me gustaría aclarar antes de continuar que el uso del plural con el que me dirijo a vosotros, lectores, no es mayestático, es un plural en el que se incluyen mis alumnos y yo misma en el sentido más estricto del término: estamos diseñando juntos nuestra ruta de trabajo.

Las asambleas en las que hemos ido localizando puntos de interés dentro del currículo del Ámbito Sociolingüístico, que empezaron a finales de junio en 3 º Diversificación y que han terminado hace una semana y media aproximadamente, han dado paso a lo que hemos llamado invitación-compromiso con el proyecto, en la línea de lo que apareció en la primera entrada del blog de aula para este comienzo de curso: Hay una carta para ti

Como parece que nos vamos a mover por el mundo del suspense, la intriga y lo epistolar (explicaré en un futuro post por qué), decidí que la escenografía la íbamos a empezar desde ya. Me coloqué el miriñaque, cogí la pluma, ricé mi cabello con tenacillas, me fui a Villa Diodati remando al viento e invité a mis alumnos a que descubrieran el personaje bajo el que me ocultaba en esa carta que también significaba mi compromiso con cada uno de ellos y que tenía mucho que ver con la primera lectura que íbamos a hacer.

Una vez que lo descubrieron,  les tocaba a ellos caracterizarse y elegir su propio personaje, real o imaginario, perteneciente a los siglos por los que nos vamos a mover, XIX y XX. Su tarea la expondrán cada uno  igualmente a sus compañeros que intentarán deducir de quién se trata. Ésta ha sido, además, nuestra evaluación inicial.

No empezaron las cosas muy bien, ya que las cartas que iban saliendo del horno no ocupaban más de cuatro líneas en los mejores casos, en otros se reducían a un corta y pega sin complejos,  o bien estaban plagadas de tópicos con buenas intenciones que me recordaban más a las guías de autoayuda o a las catequesis de mi infancia que a un compromiso sincero con el reto que teníamos por delante. Mucho lirili y poco lerele. Por otro lado y a pesar del modelo de carta que publiqué en la bitácora de clase, la estructura formal de la misma brillaba por su ausencia. 

¿Desánimo entonces tras esta primera avanzadilla? No, simplemente me dejaron muy claro que tenía que ofrecerles más andamios que los que había pensado que necesitaban. Quizás esto no era muy edupunk, pero me daba lo mismo, es lo que mis alumnos demandaban y como obrera que soy en esto de la educación es lo que me correspondía darles.


Pero sobre todo percibí algo: las ganas que tenían de imitar a sus compañeras birlochas del curso anterior. Me enterneció observarlos los primeros días en el Aula Plumier intentando organizar su desorden y caos, su algarabía, su excitación; atentos a mis gestos, si sonreía, si me enfadaba, si los animaba. Bingo, también yo había encontrado mi gasolina: su interés.


A partir de entonces, y sin ninguna directriz por mi parte (me interesaba observar a qué fuentes recurrían, qué estrategias de localización desarrollaban, si partían de conocimientos previos sobre lo que les pedía, a quiénes elegían y por qué) buscaron en Internet sus correspondientes personajes, escribieron sus cartas de compromiso y empezaron a visitar nuestra clase Sherlock Holmes, Jane Austen, Einstein, Edison, Darwin, John Lennon, García Márquez, Julia Margaret Cameron, Mohamed Alí, Franco, Adolfo Suárez, Lincoln o Hannibal Lecter.

Sí, hay mucho trabajo por delante de muy diferente tipo según estáis viendo. Se esconden muchas cosas tras algunos de estos personajes que habrá que intentar desenmarañar entre todos.


También habréis comprobado al leer las cartas, que todos coinciden en varios puntos:
  • su nerviosismo ante el trabajo por proyectos por no haberlo hecho nunca.
  • Sus ganas y motivación a la hora de afrontar el reto.
  • Sus dudas y temores ante el trabajo con las Tic.
Prácticamente les pasa lo que me ocurre a mí, si bien tomo prestadas estas citas de dos de sus cartas porque creo que son la clave para afrontar este viaje:
  • Einstein (Alejandro): Dos pequeños consejos para mis queridos compañeros y amigos de estudios: […] Hay una motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad“.
  • Edison (Ismael): Los que aseguran que es imposible, no deberían interrumpir a los que estamos intentándolo. Con esto quiero decir que nadie me quitará las ganas de intentarlo por muy difícil e imposible que parezca.
No sé vosotros como lo percibís, pero yo veo que hay luz en sus voces, así que quién soy yo para apagarla. Buen curso a todos.

Luz en su voz 
Anciana como el sol 
Ya no hay miedo

Fuente y autores: Nunatak (su bandcamp)